Pastoral del trabajo: Entrevista a un ilicitano y antiguo alumno salesiano
Por: Javier Sebastián, coordinador Pastoral Escolar San Rafael
Salesianos Elche estuvo presente en la Jornada General de Pastoral del Trabajo organizada por la Conferencia Episcopal Española (desde su Comisión Episcopal de la Pastoral Social y Promoción Humana). El título de la convocatoria ya sobrecoge: “Los retos de la Pastoral del Trabajo ante la Covid19”. La acción evangelizadora en un campo tan extenso y misionero como éste “nos viene de serie en el carisma salesiano”: y allí estuvimos; y en el desarrollo de la jornada nos encontramos con la grata sorpresa de un anuncio que nos trajo alegría de la buena: un ilicitano (y antiguo alumno nuestro) en breve será nombrado en breve, D.m., como nuevo Director del Departamento de Pastoral Obrera de la C.E.E. Aprovechamos el notición para esta entrevista a Antonio Javier Aranda.
– Antonio, contentos por lo tuyo. ¿Nos cuentas?: tu D.N.I., pertenencias, compromisos y líos varios…
– Actualmente tengo 61 añitos. Estoy casado con Carmen y tengo dos hijos: Pablo de 30 años y Javier de 25. Desde el año 1985 soy militante de la HOAC. En la actualidad concreto mi proyecto evangelizador en el sindicato CC.OO., soy delegado sindical en el Ayuntamiento de Elche y participo en la Comisión Ejecutiva de la Federación a la que pertenezco asumiendo la coordinación de la acción sindical en las administraciones locales de nuestra provincia.
Aunque en las Jornadas de Pastoral del Trabajo se anunció mi nombramiento como Director del Departamento de Pastoral Obrera, éste todavía no se ha llevado a cabo: si Dios quiere se materializará el próximo mes de febrero.
– Antiguo alumno salesiano, ¡de nuestra Casa!: si quieres contarnos… ¿cuál fue tu formación?, ¿qué huella dejó en ti ese paso por San José Artesano? ¿Algún recuerdo de personas que te marcaron?
– Entre los años 1974 y 1977 curse Oficialía industrial, en la rama de Automoción.
Fueron años muy bonitos que marcaron toda mi vida. En el centro viví experiencias muy bonitas y alguna no tanto, gracias a Dios prevalecieron las buenas experiencias. Durante estos años conocí muy buenos amigos, alumnos y profesores, amistad que en muchos casos dura hasta el día de hoy.
Entre las personas que me marcaron cabe destacar a Evelio Barambio y Vicente Serrano, salesianos del centro, también a los salesianos Josant Ferrándiz y Deme Orte, estos últimos no eran profesores de San José, pero los conocí gracias a las amistades que hice en este centro.
Más allá de los libros, herramientas y motores me encontré con una formación profundamente humana, social y cristiana. Fueron años de maduración social y política, eran los primeros años de la transición, de descubrir un rostro más humano de Jesucristo, de descubrir que, más allá de los ritos, Jesús aportaba algo a mi vida y se convertía en todo un reto para mí. Todavía ando en ello.
Con Josant Ferrandiz y Deme Orte descubrí las Comunidades Adsis y una forma encarnada de vivir la Fe entre los pobres y jóvenes. Vicente Serrano, “el Pirata”, nos acompañó durante muchos años, primero en el centro y luego fuera del centro acompañando a la Comunidad Adsis a la que pertenecía.
– ¿Descubres en ti y en tu experiencia de compromiso alguna clave del estilo salesiano de Don Bosco?
A Don Bosco le marcó, le conmovió, la vida de los jóvenes pobres, hijos de trabajadores, la esclavitud en la que se veían obligados a trabajar los jóvenes, y se decidió a sacarlos de esta situación dándoles una educación y una preparación laboral que les ayudara a superar esas historias de marginación y explotación en las que vivían y de las que difícilmente podían escapar.
Es indiscutible el papel que jugó el estilo salesiano en la maduración de mi fe y en la respuesta creyente que he ido dando a las realidades humanas y sociales con las que me he ido encontrando en la vida. Detrás de mi estilo de vida y de mi compromiso evangelizador siempre ha estado la promoción de las personas para, junto a ellas, remover las causas de pobreza y explotación que les impiden desarrollar un proyecto de vida personal y familiar.
– Esta responsabilidad para la que se te ha propuesto (esta tarea de Director del Departamento de Pastoral del Trabajo), ¿a qué aventuras te lanza? Nos dicen que te ha tocado el reto de ser “el primer laico que asume esta tarea”, ¿es así?, ¿cómo lo llevas?
Bueno, ya os he comentado que el nombramiento está previsto que se haga en una próxima reunión de los obispos prevista para el mes de febrero.
El aceptar ser candidato para asumir la dirección del Departamento de Pastoral del Trabajo ha supuesto un proceso de reflexión y de ponerme ante el Padre. Un proceso dialogado en mi equipo de la HOAC y con mi mujer, con mi familia…
Este servicio que me pide la Iglesia es una nueva oportunidad para crecer como persona y para seguir siendo fiel a Dios. En la respuesta que demos a esta amplia realidad del mundo obrero y del trabajo nos jugamos la humanización de nuestra sociedad. Como bien dice el Papa Francisco, la sociedad está poniendo en su centro la economía y esto está causando mucho dolor: empobrecimiento, personas descartadas, personas que se ven imposibilitados de poder construir un proyecto personal y familiar por su dependencia del sistema de trabajo, personas que pierden su salud y su vida en el trabajo, etc…
Quisiera dar respuesta a este nuevo servicio que se me pide porque no me siento solo, estoy acompañado por la comunidad hoacista, me tranquiliza saberme acompañado por el Consejo Asesor de Pastoral del Trabajo y porque soy consciente de que “si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles” (Salmo 127).
No soy el primer laico que asume tareas en la Conferencia Episcopal, otros me preceden y otros se irán sumando. El que los laicos vayamos encargándonos de tareas que hasta ahora han asumido sacerdotes lo veo como un proceso de eclesialidad necesario donde los laicos y laicas debemos ir cada vez más asumiendo responsabilidades y teniendo mayor protagonismo en la vida y misión de la Iglesia.
– Carisma salesiano (educación, jóvenes, mundo del trabajo)… Agradecemos que nos digas desde el corazón y como buen amigo de tus salesianos, qué tiene que ver con nosotros esta “Pastoral Obrera de toda la Iglesia”.
– Antes de que se acuñara esta expresión de “Pastoral Obrera”, ya existían realidades eclesiales que intentaban dar una respuesta evangelizadora al mundo obrero y del trabajo, especialmente a los más pobres. Este es el caso de Don Bosco y de la comunidad salesiana a lo largo de su historia. Esta es la experiencia que muchos compañeros hemos vivido en nuestro paso por sus centros educativos: hoy soy quien soy por esa huella que directamente dejaron en mí educadores y salesianos como Evelio, Josant, Deme o Vicente.
Hoy la Comunidad Salesiana, la Gran Familia Salesiana, creo que debe seguir reflexionando sobre la situación de las y los jóvenes trabajadores para seguir dando una respuesta evangelizadora a esta realidad, y así capacitarlos para seguir transformando el mundo “como Dios manda”.
– Antonio, mil gracias por tu tiempo, por tu testimonio. Estamos en el mes de Don Bosco: tu testimonio de cristiano laico comprometido con “los últimos” nos interpela y nos anima a ser fieles al carisma salesiano. Oramos por tí y contamos contigo.
– En el camino nos vamos encontrando. Un abrazo fraterno y agradecido, y -como decía Rovirosa, primer militante de la Hoac- “¡hasta mañana en el Altar”.