Encuentros junto a Don Bosco
Por: Pastoral Escolar San Rafael
“Vamos a vivir este encuentro junto a nuestro amigo Don Bosco… como en aquel Oratorio de los inicios, aquí estamos nosotros: somos sus niñas y sus niños, y él nos susurra “palabras al oído”, nos habla al corazón; seguramente tenemos mucho que decir… pero es importante escuchar, recibir con cariño lo que él nos quiere decir…”
Y con estas palabras de motivación, el profesorado de San Rafael ha ido invitando a las niñas y niños de sus clases a vivir momentos de encuentro con nuestro querido Don Bosco (en nuestros patios, jardín, capilla…). En los días previos a la Fiesta Escolar, y en muchos rincones de nuestra Casa, se han vivido ratitos de silencio, oración y escucha, y de mucha mucha alegría… (Como Jesús, que invitaba a sus discípulos -Marcos 6, 31- a buscar “ese lugar tranquilo donde descansar” en medio de tantos trajines: a pesar de las dificultades para celebrar nuestra Fiesta como desearíamos -¡qué larga se nos va haciendo esta pandemia!-, enero nos viene cargado de preparativos y nervios, y nos resulta importante hacer un stop para recordar qué es lo verdaderamente importante y dónde está el corazón de nuestra celebración: Don Bosco que nos lleva hasta Jesús).
Unos instantes de paz, para comenzar, reunidos en círculo en torno a su Imagen, para acallar el trajín, sentir lo que me rodea, agradecer dónde estoy, la luz de esta jornada, la Naturaleza, los ruidos de los pájaros o las voces de fondo, que me hacen tomar conciencia de la Vida que me envuelve y me llama…
Y con unos símbolos que nos recuerdan a Don Bosco, su vida y compromiso, hemos orado y aprendido de nuestro Padre, Maestro y Amigo:
- la imagen de Don Bosco en el centro, siempre presente entre sus chicos, acogiendo y celebrando la Vida;
- las gafas de Don Bosco, ¡su mirada atenta!, pendiente de quienes peor lo pasaban, feliz de verles disfrutar;
- un globo terráqueo, acogiendo la realidad de nuestro mundo, sus tristezas y sus esperanzas (ese mundo del que Don Bosco se hizo cargo, allí donde él envió a sus salesianos ara servir y dar la vida por los jóvenes);
- el material escolar, signo de nuestro esfuerzo en el día a día, la gran oportunidad que tenemos de crecer y aprender: nuestro compromiso por construir un mundo mejor;
- unos juegos, la nariz de payaso… la fiesta, los patios, la esperanza que queremos acoger y vivir con la alegría de sabernos familia;
- la Biblia, la Palabra de Dios que guió los pasos de Don Bosco: “Que tu Palabra, Jesús, sea lámpara para mis pasos y luz en mi camino”.
Agradecidos por lo vivido, haciendo presentes a nuestras familias, a nuestra gente querida, a quienes sufren la peor cara de esta pandemia y de esta gran crisis, creemos y confiamos en que nuestro querido Don Bosco y nuestra Madre Auxiliadora presentarán nuestras preocupaciones y esperanzas, como siempre, ante la mirada amorosa del Buen Padre Dios: ¡Él es nuestra Esperanza!