El profesorado de San Rafael va cuidando estos espacios sencillos y cotidianos de silencio e interioridad, acompañando a sus grupos-clase en estas experiencias que buscan “hacer un stop”, encontrar un tiempo en medio de los ritmos intensos de nuestro mayo, y centrar la mirada en la Madre para que Ella nos lleve hasta Jesús.
Desde los más pequeñitos que, con todo el amor, se han acercado de la mano de sus seños a saludar a María Auxiliadora, hasta los mayores del cole, que ya preparan su despedida de San Rafael, todas y todos encuentran sus tiempos de escucha y de corazón para sentirse familia salesiana junto a su Auxiliadora.
Este año hemos querido recuperar esos encuentros en el jardín, a la entrada de nuestro cole, en ese “árbol del agradecimiento” que acuna la imagen de María Auxiliadora, desde donde Ella nos abraza; a sus pies, nuestras delegadas y delegados de Pastoral han guiado el rezo del santo Rosario (una experiencia sencilla de orar con la cadencia de las Avemarías, un misterio del Rosario, “Dios te Salve, María, llena eres de gracia… Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros…”: compartiendo alabanzas a nuestra Madre, hijas e hijos que acuden a la Mediadora para que Ella, que “lo ha hecho todo”, nos lleve hasta Jesús). Los más pequeños han llevado sus besos, sus piropos, sus risas y alegría: de las ramas del olivo cuelgan coronas de “gracias”, muchos nombres, mucha esperanza, ¡cuánto bueno nos viene de las manos de la Auxiliadora!… Y siempre, siempre, una plegaria especial por quienes más auxilio y ayuda necesitan. ¡Nos esperan, nos necesitan…!: seamos “auxiliadores”, como buenos hijos de tan preciosa Madre.