Alegría y contento en las Primeras Comuniones
Por: Francesc Soler Alba, salesiano
Las Primeras Comuniones que ayer y anteayer -3 y 4 de octubre- se realizaron, cierran una iniciativa y una forma de hacerlas que llena de contento a todos los alumnos comulgantes y a sus familias. A lo que ayuda también, la sorpresa de haberse podido celebrar en estas circunstancias que parecían imposibles.
Y es que las dificultades que se tenían, para cumplir las normativas: de bajo aforo, de distancia, de mascarilla, de desinfección y limpieza, se han previsto todas prudentemente. Esto, sin dejar que las celebraciones fueran también lo más arregladas posible.
Los grupos que se han ido proponiendo a las familias han sido de 10 alumnos o algo más; en un espacio amplio y ventilado como es el espacio deportivo del Pabellón del cole.
La aceptación de estos grupos -ha habido cinco- no ha presentado prácticamente ninguna pega. Al contrario, tanto las fechas, como el horario, las aportaciones para cubrir los gastos de la celebración, se han asumido del todo. También se ha propuesto el “Sobre Solidario” para colaborar con Cáritas en estas circunstancias de tanta necesidad. Iniciativa que resulta educativa para los comulgantes, pues así pueden caer en la cuenta de que hay que ayudar a tantos necesitados.
Para llevar a cabo tanto la preparación como la realización de cada celebración, se ha podido contar con un entusiasta voluntariado de catequistas, madres, personal del colegio, salesianos, músicos… Y, por supuesto, los padres y madres de los comulgantes.
Quienes hacían su Primera Comunión han recibido el Sacramento de la Reconciliación, han ensayado la celebración y han puesto toda su ilusión en leer las oraciones, o alguna lectura, donde todos ellos han participado. También varios padres y madres, o hermanos de los comulgantes, han intervenido para entregar las ofrendas o para leer.
Como conclusión, el contento por estas celebraciones ha sido lo que más se ha vivido y comentado. Tanto padres, como abuelos han disfrutado de la forma más sencilla, pero más cercana y con más concentración en lo más importante de la Eucaristía, la recepción por primera vez de Jesús, amigo inolvidable para los chicos y las chicas.
Esperamos que ellos y ellas, con la misma alegría y formalidad con que han hecho su Primera Comunión, hagan ahora, que son más mayores –Quinto de Primaria- las cosas mejor, y se hagan cada día más amigos y amigas de Jesús como buenas cristianas y cristianos.
Francesc Soler Alba, salesiano