9 de mayo «Por esa Europa que esperamos y necesitamos»
Por: Javier Sebastián, Coordinador Equipo Animación Pastoral Salesianos San Rafael
Otros años hemos celebrado el Día de Europa en nuestros patios, en el momento del “Buenos Días”, en la reflexión en las aulas… Una Europa que hemos soñado, en medio de tantas contradicciones, como oportunidad de solidaridad y apoyo mutuo entre pueblos y países. ¡Tal vez, ahora más que nunca, sea necesario esperar que el sueño se cumpla! El Movimiento de Trabajadoras/es Cristianos de Europa (M.T.C.E.), que sirve de espacio de comunión y encuentro para tantos colectivos cristianos que quieren vivir su compromiso de fe en el mundo obrero y del trabajo, ha propuesto una reflexión conjunta para este 9 de mayo que pretende dar luz y esperanza en este momento histórico… aunque… no os asustéis por el título: “Réquiem por una Europa que debe morir, oda a una esperada Europa”.
Pues sí, también yo me he quedado helado. Pero le echas una miradita al comunicado y lo entiendes todo, ¡vaya que sí!. Este año, en medio de una Europa bloqueada por la expansión de la pandemia y con el dolor de “ver en instituciones comunitarias a algunos gobiernos europeos reproducir en interés propio dinámicas egoístas que ya se dieron -por ejemplo- en torno a la crisis financiera de 2008”, toca reaccionar y buscar caminos de humanización. Las redes de solidaridad y apoyo mutuo, este renacer desde lo pequeño “con muchas gotas de amor, humildad y generosidad” y la centralidad del trabajo que está cuidando de la sociedad, es un espejo donde mirar desde “las instancias que nos gobiernan y también en las empresas donde trabajamos”.
Para nuestra Casa (Familia Salesiana por el mundo del trabajo), adheridos a la iniciativa I.T.D., es un dolor hondo esa alarma que la OIT (Organización Internacional del Trabajo) comparte, la pérdida de millones de puestos de trabajo y el aumento desorbitado del desempleo, un escenario que aterriza en una “situación de debilidad de los Estados de bienestar infradotados en su acción social y en los servicios públicos y un mercado laboral fuertemente precarizado”, debido a políticas de austeridad acumuladas. En este sentido, el MTCE considera que los Estados “deben garantizar la máxima ocupación en condiciones dignas y, para aquellos que no pueda conseguirse un empleo, proporcionar rentas vitales suficientes”, como ya ha ido sugiriendo el Papa Francisco.
Pues igual sí que es momento “de un réquiem y también la posibilidad de una oda”: el MTCE tiene claro que, en función de cómo la Unión Europa y sus instituciones afronte la reconstrucción económica y social, tendrá sentido el proyecto, “porque cumple una función o bien se vendrá abajo”. “Este es también el momento de la solidaridad, la cooperación mutua y la acción conjunta y consensuada”. En este cambio de época, es el momento de cambio personal y colectivo, de sentir el dolor ajeno como propio, de “alejar para siempre el populismo, el blindaje de las fronteras, la fabricación y tráfico de armas, la marginación del diferente y el rechazo del inmigrante. Es momento de dejar de ser acreedores de países pobres que han pagado sobradamente su deuda”. En palabras del Santo Padre a los trabajadores más humildes y desprotegidos, “ahora más que nunca, son las personas, las comunidades, los pueblos los que deben estar en el centro, unidos para curar, cuidar, compartir”.
Ojalá que en este empeño de curar, cuidar, compartir, nos dejemos la piel desde Salesianos Elche, de manera muy especial en el acompañamiento a nuestro alumnado.
