En nuestro cole, hoy celebramos el día escolar de la «No-violencia y la Paz».
Por Profesorado de Primer Ciclo.
Hoy, 30 de enero de 2019, miles de niños y jóvenes, cientos de profesores y decenas de comunidades educativas, hemos celebrado el Día Escolar de la No Violencia y de la Paz, hemos hecho nuestro compromiso por la paz. Si mañana y pasado mañana y todos los días somos fieles a este compromiso, algún día, sin duda, será posible la paz.
La paz se apoya en la solidaridad, en la justicia y en la tolerancia. La solidaridad hay que construirla, hay que hacerla realidad, cada uno debe transformarse poco a poco en una persona comprometida con la solidaridad.
Y en este cole hemos pensado que para ser sembradores de paz, hemos de prepararnos muy bien.
Y… ¿cómo lo hacemos?
A nuestro alrededor, cada día, hay muchas noticias y situaciones que nos hablan de paz o que nos proponen la guerra y el conflicto. ¿Sabremos diferenciarlas? ¡Hagamos la prueba!
– He oído en la tele que aún continúa la guerra en Siria
– He visto en el patio a dos compañeros discutiendo en un partido de fútbol…
– Pues en mi clase hay dos niñas que han sido capaces de pedirse perdón después de estar un rato enfadadas
– He visto en el patio a un niño solo… pero en seguida han venido dos compañeras de su clase y se han puesto a jugar con él.
– Parece ser que en el último año han aumentado el número de mujeres víctimas de violencia machista…
Parece ser que lo de sembrar la paz no es fácil, es un proceso lento. ¿Sabéis cuánto tiempo es necesario para que crezca un árbol? Hacen falta años. Buenas semillas, personas que los cuiden, agua y buen alimento para la tierra.
También para hacer posible la paz necesitamos tiempo y muchos cuidados, buenas semillas… como por ejemplo la semilla de la Justicia, la Igualdad, la Amistad, el Respeto, la Acogida, la Empatía, la Paz.
También personas que las cuiden, que sepan ponerse en el lugar del otro, que sepan dialogar y llegar a acuerdos, que utilicen las palabras amigas (como el “por favor, gracias”).
¿Vosotros creéis que con estos cuidados podremos conseguir la paz? ¿Podríamos convertirnos, cada uno de nosotros, en sembradores de paz?
¿Estamos dispuestos a hacerlo? Pues para que haya algo que nos recuerde siempre nuestro compromiso por sembrar la paz, a partir de hoy vamos a tener en nuestro jardín el árbol de la paz, que será un olivo…
Hemos despedido el acto con la canción “Madre Tierra” de Chayanne.
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