Nos acercamos un poco más a aquél tiempo…

18 diciembre 2017

Jesús nace para habitar en nosotros.

¿NACIÓ JESÚS EN UN ESTABLO?

Campo de los pastores, Belén – Exterior

Visitar una casa palestina del siglo I nos aporta mucha información y, sobre todo, nos ayuda a la reflexión sobre el lugar del nacimiento del niño Dios que se cuenta en los Evangelios. Estas casas nos hablan de la infancia de Jesús y nos ayudan a aclarar algunas cosas. José y María llegaron a Belén y no encontraron sitio en la posada pero sí en una casa/cueva de las afueras de Belén. Resulta difícil pensar que una gente tan acogedora como aquella no diera cobijo a una familia que se había quedado sin sitio, con la noche encima y, además, con una mujer embarazada. Resulta más verosímil colegir que encontraron sitio, no en la posada, quizá tampoco en el pueblo, pero sí en alguna casa a las afueras de Belén. Además las posadas de la época no eran los sitios más recomendables para que pasara la noche una mujer a punto de dar a luz. No había habitaciones, todos dormían hacinados en una sola habitación y con escasas condiciones de higiene.

Esto es posible pensarlo sobre todo porque ni Mateo ni Lucas (Los dos evangelistas que hablan del nacimiento del Mesías) nos cuentan nada de una cueva abandonada, o una cuadra, o de algo parecido (« Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo del parto;  y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.» (Lc 2, 6-7)

Mateo, de hecho, nos habla de una casa en la que estaba la Sagrada Familia y a la que llegaron los Magos para adorarlo: « Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje.» (Mt 2, 10-11).

El nacimiento pues, debió producirse en una casa palestina y no es de extrañar que hubiera un buey y una mula dentro de la casa (aunque los evangelios tampoco dicen nada al respecto) y que tuvieran pesebres en el interior como era propio en aquella época debido a la costumbre de recoger a los animales en la propia casa.

Cueva del Campo de los pastores, Belén

En cualquier caso el concepto de casa de la época dista mucho del que podemos tener ahora. Es posible que el término “casa” fuera excesivo para una mente como la nuestra. Probablemente llamaban casa a lo que, en realidad, era una cueva grande excavada en la roca de los montes de Belén. Y muy probablemente dieron cobijo a la Sagrada Familia en una de estas grandes cuevas diáfanas donde todo el mundo dormía junto, incluso los animales que desempeñaban la función de dar calor al lugar. Así pues, María y José encontraron sitio en una de estas cuevas habitadas a las afueras de Belén. Era lógico que no le dieran cobijo en otro sitio. Dos razones avalan esta teoría:

1. Si la estancia estaba llena de gente que respetaba la Ley (la Torá) acoger a la una mujer encinta y a punto de dar a luz suponía un riesgo. Si la mujer daba a luz en la misma estancia en la que ellos estaban se volverían impuros porque el parto, como supone pérdida de sangre, es un acto que hace a la mujer impura y a todos los de la estancia. Por tanto no todos los que aquella noche dormirían allí (muchos de ellos en viaje a Jerusalén para cumplir con la Ley y asistir a la liturgia del Templo) estarían por la labor de arriesgarse a acoger a una mujer que podía generar inconvenientes para los observantes de la Ley.

Campo de los pastores, Belén – parte destinada a los animales

2. Si la acogieron, con toda probabilidad le darían la parte en la que se encontraban los animales. No sólo para evitar impurificaciones –ya que así sólo los animales serían impuros-, sino también y sobre todo como gesto de generosidad al darle a la parturienta la parte más cálida de la casa –aquella en la que se encontraban los animales-.

Así pues es posible concluir que Jesús no nació en un establo. Nació en una casa de la Palestina del siglo I donde había animales que servían de “calefacción central” del habitáculo. Una casa en la que habría mucha más limpieza que en las posadas de la época. Una casa en la que habría pesebres para que los animales que compartían estancias anexas pudieran comer.

Felices fiestas a todos.

Manuel Hurtado Solís, sdb.