Gracias, Don Bosco

Por: Coord. Pastoral Escolar (Manolo Hurtado sdb, Consuelo Rodríguez y Javier Sebastián)

Estamos agradecidos.

Enero nos dejó poso, nos marcó. Y siempre “es de bien nacidos…” ¡Gracias, Don Bosco! Por lo vivido, que nos sirve de estímulo para lo que está por venir.

Desde la Pastoral Escolar, en nuestros colegios, en la vida de los niños y jóvenes a quienes acompañamos, reconocemos con alegría que Don Bosco sigue enamorando: si se lo permitimos, si abrimos las puertas de nuestro corazón, nos lleva de la mano hasta Jesús. «Gracias por haber conocido a Don Bosco: si no, no sé qué hubiera sido de mí!», (le escuchábamos a una joven estos días pasados, cuando recordaba nuestra Fiesta). Compartir nuestro cariño por Don Bosco junto a chicas y chicos de Ciclos, que te confiesan cómo se sienten: “Es que estoy en mi Casa” (y agradecen el ambiente de confianza, el clima de “familia” que compartimos, la diversidad y color de todos los que formamos esta Comunidad Educativo-Pastoral). ¡Es un regalo el ambiente de fiesta que hemos disfrutado en enero! Un regalo, sobre todo, el poder acercarnos una vez más a la figura del Padre, Maestro y Amigo de la juventud (en las celebraciones de la fe -cuidadas con mimo, con disponibilidad en los preparativos, en la animación de los cantos, en tantos detalles…-, en la manera entrañable y tan particular de cada niña, de cada niño, con sus dibujos y redacciones en torno a la figura de Don Bosco, lecturas para conocerle y amarle más y mejor, escenificaciones teatrales, visitas y gestos sencillos en la Capilla, ambientación de nuestros Centros, pasillos, carteleras educativas, aulas…).

De manera muy especial, dejándonos empapar del lema de la Campaña anual “Primero, los últimos”, hemos vivido gestos solidarios y campañas varias que nos han ayudado a centrar la mirada en “los preferidos de Don Bosco” (prioridad para Jesús). El primer trimestre del curso nos proponía estar a la “escucha” para “ponerle nombre a las situaciones de precariedad y exclusión” de nuestros ambientes, especialmente aquellas que afectan a los jóvenes y niños de nuestro entorno: en la fiesta de Don Bosco leímos y difundimos el “Manifiesto” que recoge el resumen de las reflexiones compartidas en todos los ambientes de la Obra y que nos llama a la reflexión en este segundo trimestre del curso (se nos invita a “comprender” lo que vamos descubriendo, qué llamadas a la acción y al compromiso van apareciendo en este proceso). Seguro que Don Bosco y su gran corazón de Pastor van inspirando estas reflexiones y búsquedas: por ello, queremos dar gracias… y a cada uno de vosotros y de vosotras por vuestra mirada atenta y comprometida.

De hecho, nos han impresionado esos momentos para reflexionar, para compartir inquietudes, para dejarnos interrogar (por ejemplo, el reconocer en el rostro de muchos de nuestros jóvenes ese brillo en la mirada al escuchar: «Don Bosco estaba obsesionado con vuestra felicidad y sólo se puede ser feliz desde ese Dios que da sentido a nuestra vida». Ha sido muy revelador el testimonio de personas que viven su historia en clave de vocación, y así lo comprobamos, queridos jóvenes, en vuestra mirada: “Nuestros jóvenes son buscadores de felicidad, se les nota el anhelo en los ojos”, le hemos oído decir a un educador de nuestra Casa, ¡y es cierto!). Jesús de Nazaret sigue llamando a su seguimiento, a vivir su Amor sin límites, desde el ejemplo de la vida de Don Bosco: Juan Bosco Amigo, ¡gracias por ser ese “okupa de nuestro corazón”, por llevarnos de la mano hasta Jesús!