Ehsan Ullah Kahn: «No hay mayor amor…» (Juan 15, 13)

5 mayo 2018

El activista pakistaní pro derechos humanos visita Salesianos Elche con un mensaje ur-gente, impactante: ¡NO a la esclavitud infantil!

Ehsan Ullah Kahn: «No hay mayor amor…» (Juan 15, 13)

Por: Javier Sebastián, coordinador de Pastoral Escolar San Rafael

 

Nos llegaban noticias de que Ehsan visitaba España en esta primavera: encuentros y testimonios en centros de enseñanza, jóvenes y también niños, universitarios, asociaciones, colectivos sociales y eclesiales, en Cataluña, País Vasco, Zaragoza, Salamanca, Burgos, llegando a nuestras tierras vía Murcia camino de Valencia… ¡También en nuestra provincia!: por iniciativa de un grupo de colectivos (la Mesa Interreligiosa, las Comunidades Cristianas Populares, los Jesuitas en el Centro Loyola de Alicante, la HOAC -movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos-) se preparaba calendario apretado para los días 2 y 3 de mayo, ¡y resultó providencial incluir en agenda su visita a Salesianos Elche! Estamos agradecidos por la llegada de este personaje singular que, con presencia amable y humilde, nos regalaba un mensaje contundente y claro: “¡No a la esclavitud infantil!, ¡we are free!”

Pero… ¿quién es Ehsan? Este hombre sencillo, de presencia recia y austera, con sus 71 años (más de 50 de compromiso sociopolítico jugándose el tipo), nos ha cautivado y conectado a una realidad muy dura, que penetra en la entraña de lo cotidiano, “como los tentáculos de un pulpo”, en nuestros hábitos de vida y de consumo: la realidad de la esclavitud en nuestros días. En San José Artesano, y en encuentros con distintos grupos de Bachiller y Ciclos, profesores, salesianos; también en San Rafael dirigiéndose al claustro junto con trabajadoras/es del Centro, madres y padres interesados, y algunas personas de otros colectivos sociales que acudieron a la convocatoria abierta que difundimos por redes… le escuchamos y, sobre todo, acogimos el testimonio de su presencia comprometida, la de un “testigo” (nos decía Miguel Gambín, el director titular, en la presentación del acto), un testigo que con su vida refrenda su mensaje: de él decía su amigo Kailash Satyarthi, Nobel de la Paz (en 2014, junto a Malala Yousafzai) que “nadie como Ehsan ha sufrido tanto por los derechos de los niños; exiliado forzoso por la lucha contra la esclavitud infantil, que ha sacrificado todo por la causa: su familia, su profesión, sus amigos, su infraestructura de escuelas (en torno a 250) en Pakistán; doce veces en la cárcel, torturado en varias ocasiones, condenado por su Gobierno a pena de muerte por denunciar que en su país trabajan niños para empresas extranjeras… Ehsan Ullah Khan es el gran pionero en la historia del movimiento contra el trabajo forzado e infantil en Pakistán…» Y más allá, también a nivel global: tras la muerte del niño activista Iqbal Masih, y obligado a vivir en el exilio, Ehsan funda el llamado “Frente para la Liberación del Trabajo Forzado Global”; grupos de trabajo con la OIT, ante la ONU, su figura cobra relevancia en esta denuncia sostenida durante décadas: “La libertad nos llegará por medio de los bolígrafos, no de las balas”, “La educación es la verdadera revolución”, nos decía (¡qué llamada para aquellos que tenemos como centro de nuestra vida y compromiso la educación y el acompañamiento de niños y jóvenes!, ¡cuánto podemos aportar a la causa de la libertad!).

Y una reflexión que ha de ocupar nuestra conciencia, nuestro corazón: decía Mújica que “en nuestro consumir, gastamos vida, el tiempo de vida que empleamos para ganar la ‘plata’… y es miserable gastar la vida para perder la libertad”. Y ahora sabemos, ¡lo sabemos! que en nuestro consumir y gastar no perdemos solamente nuestra vida, nuestro tiempo de vida, sino también la vida de víctimas sobre la que descansa este sistema de producción y consumo que asesina a inocentes, muchos de ellos niños y niñas… Ehsan “nombra” esta cruda realidad señalando con valentía a multinacionales, grandes marcas, poderes económicos de primer orden (que consumimos a menudo sin sentido crítico alguno) que esclavizan y someten en una espiral infernal que prima el puro beneficio por encima de la persona y su dignidad. Bien merece una reflexión serena y cuidada de nuestros hábitos de consumo, a nivel personal y comunitario, porque de alguna manera somos cómplices sostenedores de un sistema injusto y opresor que aplasta a los débiles. Nos interpela que este “testigo”, de tradición musulmana pero cautivado por los gritos de liberación del Libro del Éxodo (“He visto la aflicción de mi pueblo…”, Éx. 3, 7), nos cuestione modelos de vida y de convivencia, apelando a ese “Jesús que, para comprometerse y transformar la realidad, se abrazó a la cruz, porque solo ‘desde la cruz’ se puede comprometer la propia vida para cambiar la injusta realidad”.

Y ese aprecio y valoración de Ehsan por la valentía del Papa Francisco, “el único líder mundial que está hablando actualmente contra la esclavitud infantil”, también nos impactó poderosamente. (Seguro que será de interés el ver y escuchar en este link el breve documental que recientemente realizó Solidaridad.tv y que nos amplía la mirada desde el testimonio del mismo Ehsan). Sin duda que el paso de este “huracán Ehsan” dejará poso en nuestras vidas y ojalá que sea semilla de una mayor sensibilización y compromiso por una sociedad más justa.